Representan casi la mitad de todos los tumores en las perras. Son más frecuentes en perras mayores con una edad promedio de diez años. Muchas de las afectadas son hembras enteras o pacientes que fueron castradas (ovariohisterectomizadas) en el curso avanzado de la vida. Los tumores mamarios son raros en los machos y en animales jóvenes de ambos sexos.

Dos estudios recientes sobre grandes poblaciones de perros han reportado información sobre la incidencia. El primer estudio, realizado en Gran Bretaña, reportó una tasa de incidencia estandarizada para los tumores mamarios de 205 por 100.000 perros por año. El segundo estudio controló una población de más de 80.000 perros en Suecia y encontró una incidencia de 111 por cada 10.000 perros en edad de riesgo. Este estudio también encontró que la incidencia se incrementaba con la edad: a la edad de seis años, fue de un 1 por 100; a los ocho años, un 6 por 100, y a los 10 años, un 13 por 100. La edad media de manifestación del tumor es de diez a once años de edad. En otro artículo reciente se ha constatado que, de 101 tumores (60 de raza pequeña y 40 de otras), el 25 por 100 de los perros de raza pequeña presentaron tumores malignos. comparado con un 58 por 100 de pacientes de raza grande.

La ovariohisterectomía temprana protege de forma clara contra el desarrollo de tumores mamarios. Las perras castradas antes de su primer ciclo estral (antes de su primer celo) no tienen mayor riesgo de cáncer mamario que los machos. Después de los dos años y medio o después del segundo ciclo estral, la ovariohisterectomía deja de ser protectora en las perras. Las estadísticas así lo confirman: el riesgo de padecer tumores en perras esterilizadas antes de que tengan el primer celo es del 0.05 por 100; en castradas después del primer celo es del 8 por 100, mientras que en castradas después del segundo celo es del 26 por 100. No se ha demostrado el carácter protector de la gestación temprana como inhibidor de desarrollo de tumores, bien conocido en la especie humana.

Las progestinas utilizadas para suprimir el estro (celo) promueven cambios hipeplásicos y neoplásicos en las glándulas mamarias de las perras y, por tanto, ¡no deben ser utilizados! Los tumores mamarios benignos se encuentran en más del 70 por 100 de las perras tratadas con progestágenos a largo plazo. Cerca de la mitad de los tumores mamarios en las perras son benignos.

Los tumores de mama, por lo usual, son masas discretas, firmes y nodulares. Se pueden localizar en cualquier punto a lo largo de la cadena mamaria. Su tamaño es muy variable, con un diámetro que varía de pocos milímetros a muchos centímetros. En más de la mitad de los casos están afectadas múltiples glándulas. Pueden adherirse a la piel superpuesta, pero por lo regular no están fijados a la pared corporal subyacente. Los malignos, más que los benignos, tienden a fijarse a la pared corporal y estar cubiertos con piel ulcerada. En muchas ocasiones, si presionamos los pezones de las glándulas afectadas, veremos salir secreciones anormales. Los ganglios linfáticos regionales (axilares o inguinales) pueden estar agrandados si hubo metástasis. El resto del examen físico a menudo carece de particularidades de interés. En los cuadros de cáncer avanzado puede haber evidencia de caquexia tumoral.

El diagnóstico del cáncer de mama es más probable en una hembra geronte con cualquier clase de nódulo en la glándula mamaria. La biopsia escisional es el método de elección para confirmar el diagnóstico. El examen citológico de muestras obtenidas mediante aspiración con aguja fina a menudo da resultados ambiguos. Antes de realizar cualquier biopsia escisional, se deben realizar radiografías de tórax para descartar metástasis a nivel pulmonar. Si ésta se descubre, se justifica el pronóstico grave, incluso en ausencia de una confirmación histopatológica de la neoplasia mamaria. Tomada la decisión de llegar al diagnóstico y hacer el tratamiento, se debe valorar la salud global del paciente y la carga tumoral.

Los tumores mamarios malignos con frecuencia hacen metástasis en los ganglios regionales y pulmonares. Con menor frecuencia se producen metástasis en hígado.

También se pueden producir en sitios distantes, pero esto rara vez sucede en ausencia de afectación linfoglandular local o pulmonar. La radiología y la palpación cuidadosa son sumamente útiles en estos casos. La salud global del paciente deberá ser evaluada mediante un hemograma completo, perfil bioquímico y análisis de orina.

TRATAMIENTO DEL CÁNCER DE MAMA

El tratamiento del cáncer de mama es la escisión quirúrgica de todo el tejido anormal. Persisten las controversias referidas a la mejor técnica: escisión del nódulo, mastectomía simple o mastectomía radical. Si se opta por quitar el nódulo tumoral exclusivamente, el tejido sano que lo rodea debería ser enviado también al histólogo para su valoración y, si hay evidencia de presencia de células cancerígenas, se debería realizar una mastectomía total. No existen diferencias en los tiempos de sobrevida después de la mastectomía simple Vs. radical; los tumores mamarios escindidos siempre deben remitirse para su análisis porque el establecimiento del pronóstico se verá influido directamente por el resultado obtenido.

Fuente: https://www.elmundodelperro.net/

By Daniel De la Lastra

Share:

Just added to your wishlist:
My Wishlist
You've just added this product to the cart:
Go to cart page